En el vertiginoso mercado actual, las empresas se enfrentan constantemente a una decisión crítica: ¿Deben crear y mantener ciertas capacidades internamente o externalizarlas a terceros especializados? Las razones para la externalización son convincentes, y van desde prioridades estratégicas como centrarse en las competencias básicas, hasta el ahorro de costes y la gestión de funciones complejas como la ciberseguridad y la logística. La pregunta clave que toda empresa debe plantearse es ¿Qué competencias básicas deben poseer para seguir teniendo éxito y qué funciones podrían hacerlas vulnerables si se externalizaran?
En el ámbito de los servicios digitales, la externalización se ha convertido en una norma estratégica. Tanto los servicios B2B como B2C integran numerosas soluciones de terceros para ofrecer una experiencia de usuario omnicanal y sin fisuras. Sin embargo, las empresas tradicionales se enfrentan al reto de adoptar y desarrollar servicios digitales con la rapidez suficiente para seguir el ritmo de la evolución del panorama empresarial. Muchas empresas recurren a simples servicios de marca blanca dentro de su cartera. Pero, ¿qué ocurre cuando los socios necesitan ampliar estos servicios a sus propios clientes?
La doble marca blanca es una estrategia empresarial en la que un producto o servicio se renombra dos veces antes de llegar al consumidor final. Inicialmente, una empresa (empresa A) crea un producto o servicio y lo vende sin su propia marca. Otra empresa (la empresa B) compra el producto, le añade su propia marca y lo vende a una tercera empresa (la empresa C), que también le cambia la marca y lo ofrece a los clientes finales. Este proceso permite a ambas empresas intermediarias presentar el producto como propio, ampliando el alcance del mercado y aumentando potencialmente los márgenes de beneficio, al tiempo que mantienen la calidad y funcionalidad del producto original.
Tanto en el escenario B2B2B como en el B2B2C, los socios comerciales necesitan funciones sólidas de marca blanca que puedan marcar como propias. Estos servicios deben integrarse perfectamente en su identidad corporativa para mantener la coherencia de la marca y aumentar la confianza de los clientes.
Pensemos en un distribuidor de bebidas que quiere ayudar a los restaurantes asociados a digitalizar y automatizar sus operaciones. Al implantar un servicio de marca blanca doble, el distribuidor puede ofrecer funciones adicionales como un servicio de aprovisionamiento para productos distintos de las bebidas, un sistema de reserva de mesas y un menú digital. Esto no sólo enriquece la oferta de servicios, sino que también refuerza las asociaciones al añadir un valor significativo a los comerciantes que sirven a los consumidores finales.
A pesar del auge del comercio electrónico, existe una tendencia mundial a digitalizar las rutas de comercialización. Las marcas están creando plataformas eB2B para que los minoristas optimicen la cadena de suministro y aprovechen los datos generados para comprender las tendencias y dirigir mejor el mercado. Un ejemplo destacado es la plataforma BEES de AB InBev, que llega a más de 3,5 millones de minoristas en todo el mundo y ofrece soluciones específicas para cada agente de la cadena de suministro.
Elegir un socio de marca blanca doble es una decisión crítica. Las empresas deben tener en cuenta la perspectiva del usuario final y, al mismo tiempo, satisfacer las sofisticadas necesidades de los clientes empresariales. Un socio fiable debe ofrecer:
- Administración global: Un panel personalizable para gestionar millones de socios y minoristas.
- Monetización: Capacidades flexibles para financiar esfuerzos y generar nuevas fuentes de ingresos.
- Automatización: Gran flexibilidad para automatizar las operaciones de administradores y usuarios, con IA integrada en el ADN de la solución.
- Análisis de datos: Múltiples soluciones para diferentes actores, consolidando datos y perspectivas en una base de datos integral.
- Ciberseguridad y protección de datos: Garantizar la seguridad y privacidad de los datos.
- Capacidad de integración: Perfecta integración con los sistemas empresariales existentes, como SAP.
La tendencia en el desarrollo de software está cambiando hacia el autoservicio y las soluciones sin código o con código reducido. Pronto, los servicios de doble marca blanca serán aún más accesibles y personalizables gracias a la IA, lo que permitirá a las empresas ofrecer soluciones altamente personalizadas sin grandes conocimientos de codificación.
La doble marca blanca representa un avance significativo en el aprovechamiento de la experiencia externa para ofrecer servicios completos y de marca a los socios y sus clientes. Al elegir a los socios adecuados y centrarse en un diseño centrado en el usuario, las empresas pueden mantenerse a la vanguardia en un panorama digital en rápida evolución, garantizando un crecimiento sostenido y una ventaja competitiva.
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